Quería hacer un cuello, que fuera calentito, pero que no estuviera cerrado, para no tener que ponérselo por la cabeza.
Lo hice a crochet, con una lana gordita y un ganchillo de 4'5 mm.
Es sencillo, solo hay que tejer un rectángulo del tamaño que queramos, y coserle después los botones o los cierres que nos gusten.
Elegí para el punto estas flores de cadenetas.
Si queréis el patrón porque os ha gustado como a mí, lo tenéis aquí.
Una vez terminado, lo bloqueé para que se vieran mejor las flores. Para ello, basta extender la labor sobre una superficie a la que podamos fijarla con alfileres, se pulveriza con agua templada y se deja hasta que se seque completamente.
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